jueves, 26 de junio de 2014

Las Dos Caras de la Moneda

Por ALBINO ÁLVAREZ (equipo periodístico) 

En el siglo XX, Adolfo Hitler fue un personaje importante, austriaco húngaro, que tuvo un rol bastante destacado en el inicio, desarrollo y final de la II Guerra Mundial. Adolfo fue presidente del Partido Nacional Socialista (NAZI), y llevó a cabo en 1939 la invasión a Polonia, lo que trajo como consecuencia el inicio de la II Guerra Mundial.

Durante el tiempo de guerra (comenzado por este personaje) llevó a cabo un ataque masivo a gran parte del continente europeo con una gran fuerza militar, debido a su ideal antisemita que profesaba el rechazo a los judíos, entre otros miembros de la sociedad. Como anteriormente se ha dicho, Hitler fue principal actante en la exterminación de los judíos, gitanos y otras familias a las que denominaba “inferiores a la raza Aria”. Luego de la invasión a Polonia, algunos países se unieron para enfrentar al régimen, y otros en cambio se le unieron a la entonces llamada Alemania nazi.

A su vez, Anna Frank fue el polo opuesto de Hitler. Fue una niña judía alemana que vivió en esta misma época de guerra, nació en el año 1929, justo diez años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fue conocida por su famoso diario, del cual se sirvió para destacarse como escritora y utilizar su habilidad para redactar en su diario la mayoría de los hechos que vivió y sufrió en las penurias de la guerra. Anna se dio a conocer y nos dio su punto de vista: el de la mayoría de los judíos.

Gracias a este diario y a otros más, se pudo determinar la difícil vida que llevaban los judíos como consecuencia del escarnio y la persecución, teniendo que esconderse de los alemanes y soportar las medidas que éstos le imponían. Ella junto con su familia, se escondieron en la parte trasera del edificio de la empresa de su padre, donde permanecieron dos años aproximadamente.

Días después fueron descubiertos y trasladados al campo de concentración Bergen-Belsen, donde Anna y su hermana murieron de tifus y su mamá de desnutrición, sin embargo su padre sobrevivió y logró compilar y publicar todos los escritos de Anna. 

¿Crees que estos hechos influyeron de buena o mala manera en la historia de la humanidad? 
¿Por qué?
¿Qué opinas del racismo?

sábado, 5 de abril de 2014

Una Semana Cultural y llena de Cronopios ...

Se acerca la Semana Cultural del 21 al 25 de abril en las instalaciones del Colegio Joseph Lancaster y nuestro gran homenajeado será el escritor argentino Julio Cortázar a 30 años de su nacimiento...



lunes, 10 de febrero de 2014

Curiosidades de Robert Louis Stevenson que te encantará saber

No juzgues cada día por la cosecha que recoges, 
sino por las semillas que plantas.

Robert de niño
     Como escritor, en su corta vida supo hacer lo que hoy está irrigado en el terreno de los jóvenes, una hermosa obra narrativa y poética, llena de aventura, misterio y mucha sabiduría. No es por suerte que Robert sea uno de los más recordados por los chicos por su ágil escritura y su forma de cautivarnos. A continuación, curiosidades que no está de más saber acerca del escritor:


- La familia de Robert se dedicaba a construir faros (padre, abuelo, primos, tíos...)

- Su verdadero nombre era Robert Lewis Stevenson, pero su padre le cambió el nombre por Louis a los 18 años, debido a que en aquel tiempo existió un político radical del mismo nombre, y  temía que lo confundieran.

- Su mayor influencia para hacer literatura fue su niñera Alison Cunningham, quien le contaba historias de terror a Robert cuando tenía que dormir.

- Otra gran influencia de su juventud fue el gran número de viajes que realizó junto a su padre. Esto, como era de esperar, motivó muchos de los lugares en los que sus personajes viven exóticas aventuras (islas, junglas, mares desconocidos...).

- Desde joven, a Stevenson le empezó a fascinar la idea de crear sus propias novelas, así que, con sólo 16 años, se decidió a publicar su primer libro. Este libro, una novela histórica, le hacía mucha ilusión, así que su padre tuvo que recurrir a un pequeño negocio con los editores: Si ponían a la venta el libro de su hijo, él se comprometería a pagar los ejemplares que no se vendieran tras un determinado plazo. Evidentemente, y teniendo en cuenta la edad del autor, eso era una pérdida de dinero asegurada, pero era un pequeño sacrificio que su padre estaba dispuesto a pagar a cambio de mantener viva la ilusión de Stevenson (y, por otro lado, esta pequeña artimaña era algo casi "habitual" en aquella época y no se veía de forma rara).

- Con el paso del tiempo, el joven Stevenson cada vez se alejaba más y más de la forma de vida de sus padres. Empezó a tener un estilo de vida bohemio, dejándose el pelo largo y rechazando los ideales de su padre, incluso abandonando la religión. Según escribió él mismo, su padre y su madre decían que era el mayor fracaso de sus vidas y que les había decepcionado.




- Algo que marcó fuertemente la vida de Stevenson fue su debilidad de salud y el riesgo de padecer tuberculosis, así que nunca estuvo de acuerdo con la idea de quedarse en las Islas Británicas y su frío clima. Pasó por Francia en busca de unas temperaturas más templadas y, tras la muerte de su padre, decidió marcharse a Colorado, en América.

- Aquellos viajes marcaron profundamente a Stevenson, que decidió establecerse en uno de los lugares que había visitado: La isla Upolu, en Samoa. Allí, se compró alrededor de 1'6 kilómetros cuadrados de tierra y decidió establecer su nuevo hogar alejado de Europa, donde viviría hasta el final de sus días. También se cambió el nombre por Tusitala, que en el lenguaje de los nativos significaba "narrador de cuentos".



En Upolu pasó por una época de enorme creatividad, aunque algo escalonada: En un principio escribió un gran número de libros, pero luego empezó a pensar que su genio para escribir se había agotado y que no tenía más ideas. Fue entonces cuando, algo deprimido y pensando que ya no iba a publicar ningún otro buen libro, empezó a escribir lo que él consideraba como su obra maestra, "El weir Hermiston". Se dice que incluso llegó a exclamar: "¡Es tan bueno que me da miedo!". Sin embargo, y para desgracia de todos los lectores, murió antes de terminarlo, dejando incompleta la que, según los expertos, tenía pinta de ser su mejor obra.

domingo, 12 de enero de 2014

“Las cartas de amor son ridículas”

Dice el poeta portugués Fernando Pessoa que todas las cartas de amor son ridículas, pues no serían cartas de amor si no lo fuesen. El poeta se reconoce ridículo al haber escrito algunas cuantas cartas llenas de palabras y sentimientos esdrújulos. Sin embargo, Fernando demuestra su increíble agilidad mental al decir que los verdaderamente ridículos son aquellos que nunca escribieron una carta de amor. Y es que difícilmente existe un medio tan sincero como una carta para decir, sin pena, los sentimientos más engorrosos que atormentan y enloquecen a los enamorados.

En la historia hay numerosos personajes quienes entre frases cursis y alguna que otra mentira disfrazada de enamoramiento liberan las endorfinas de quien se pierde entre las líneas melosas.

A continuación presentamos algunas de las cartas que diferentes figuras escribieron a sus amores verdaderos.


Beethoven a  su amada inmortal:

cartas de Beethoven

“Sólo puedo pensar en ti, mi amor inmortal; sólo puedo vivir del todo contigo o de ningún modo. Tranquila, mi vida, mi amor, sólo pensando en nuestra existencia conseguiremos nuestro objetivo que es vivir juntos. Sigue, oh, amándome, nunca juzgues mal el corazón de tu fiel enamorado.
Siempre tuyo,
Siempre mía,
Siempre nuestros”. 

Pablo Neruda  a Albertina Rosa: 

Pablo Neruda

“Pequeña, ayer debes haber recibido un periódico y en él un poema de la ausente (tú eres la ausente). ¿Te gustó, pequeña? ¿Te convences de que te recuerdo? En cambio, tú, en diez días, una carta. Yo, tendido en el pasto húmedo, en las tardes pienso en tu boina gris, en tus ojos que amo, en ti. Salgo a las cinco a vagar por las calles solas, por los campos vecinos. Sólo un amigo me acompaña, a veces. 

He peleado con las numerosas novias que antes tenía, así es que estoy sólo como nunca, y estaría como nunca feliz si tú estuvieras conmigo. El ocho planté en el patio de mi casa un árbol, un aromo. Además traje de las quintas, pensando en ti, un narciso blanco, magnífico. Aquí, en las noches, se desata un viento terrible. Vivo solo en los altos y a veces me levanto a cerrar la ventana, a hacer callar a los perros. A esa hora estarás dormida (como en el tren) y abro una ventana para que el viento te traiga hasta aquí, sin despertarte, como yo te traía. 

Además, elevaré mañana, en tu honor, un volantín de cuatro colores y lo dejaré irse al cielo de Lota Alto. Recibirás, querida, una de estas noches un largo mensaje a la hora en que la cruz del sur pasa por mi ventana (…) A veces, hoy, me da una angustia de que no estés conmigo. De que no puedas estar conmigo, siempre. 
Largos besos de tu Pablo”. 

27 años después de la muerte  de John Lennon, Yoko Ono escribió la siguiente carta:

John Lennon y Yoko Ono

“Te extraño, John. 27 años han pasado y todavía deseo poder regresar el tiempo hasta aquel verano de 1980. Recuerdo todo, compartiendo nuestro café matutino, caminando juntos en el parque en un hermoso día y ver tu mano tomando la mía que me aseguraba que no debía preocuparme de nada porque nuestra vida era buena. No tenía idea de que la vida estaba a punto de enseñarme la lección más dura de todas. Aprendí el intenso dolor de perder a un ser amado de repente, sin previo aviso, y sin tener el tiempo para un último abrazo y la oportunidad de decir “Te Amo” por última vez. El dolor y la conmoción de perderte tan de repente está conmigo cada momento de cada día. Cuando toqué el lado de John en nuestra cama la noche del 8 de diciembre de 1980, me di cuenta que seguía tibio. Ese momento ha quedado conmigo en los últimos 27 años y seguirá conmigo por siempre”. 


Frida a su querido Diego Rivera, su eterno amor-odio:

Frida y Diego

“Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos. 

Mi Diego: espejo de la noche. Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de sonidos, en la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo, el que capta el color. Yo, Cromoforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz”.

 Jimi Hendrix a una joven desconocida:

jimi hendrix

“Pequeña…
La felicidad está en ti… así que suelta las cadenas de tu corazón y déjate crecer como la dulce flor que eres… Sé la respuesta: Abre tus alas y se tú misma… Libre

Te querré siempre, Jimi Hendrix”. 

Sigmund Freud a Martha Bernays:


Sigmund-Freud-Martha-Wedding

“No apetezco sino lo que tú ambicionas para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos comparados con el hecho de que seas mía. Estoy adormilado y muy triste al pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces labios”.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hércules es un gato con AIRE FRANCÉS

Extracto de Ágata de Armando José Sequera (cap. 4):

"Tengo un recuerdo vago de haber estado en un lugar donde había muchas, muchas maletas, y otras jaulas, y que en una de éstas una cacatúa cantaba desafinadamente La vida en rosa. Quizás también estaba sedada."

Para culturizarnos un poco, La vida en rosa (La vie en rose, originalmente) es una canción de una artista francesa llamada Edith Piaf, de los años 20. A ella le llamaban en gorrión de París por su asombrosa voz y excelente manera de interpretar, cuéntanos qué te parece su interpretación.